¿Cómo se pudo evitar la peste en el renacimiento?

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Hasta el año 1000, los gatos eran animales imprescindibles para el hombre. Había penas severas por matar un gato y los que eran buenos cazadores podían llegar a costar hasta un ducado de oro (lo mismo que un esclavo).

Por cuestiones religiosas luego del año 1180 a 1200, se inició la persecución de los gatos en la Europa cristiana, porque se comenzó a observar a estos animalitos como sospechoso de confabular contra las autoridades (que eran eclesiásticas, obviamente). Esto se debía a su actividad nocturna, la pupila vertical y aguda, la supervivencia en casos extremos como caídas desde un árbol, ser poco sociable, parecer misterioso y ser un gritón empedernido, como el más ardoroso amante, si de sexo se trataba.

En el año 1227, el Papa Gregorio IX, hombre cruel y de pocas luces, vio un gato negro que lo observaba desde la ventana de su habitación en Avignón. Las pupilas del gato reflejaban y concentraban la luz del candil. Goyo estab seguro que el gato negro era Satanás y ordenó por una bula, matar a todos los gatos, y los que fueran negros en la hoguera.

La población de gatos disminuyó tantos por las persecuciones que las ratas proliferaron sin problemas en ese entonces. Las ratas tienen una pulga específica que pasó a la gente que generó la peste bubónica o la peste negra.

La peste se expandió por toda Europa y duró 200 años. Los resultados fueron las peores hambrunas europeas que además de los apestados, terminó en el mayor holocausto por culpa de un hombre, de toda la historia: 220 millones de muertos. Además la gente se dedicó a costumbres libertinas, desoyeron los mandatos religiosos, pensando que era el fin del mundo y acrecentó todas las costumbres primitivas, sexuales, crueles, como la quema de brujas y de locos.

Resumido de Los Lobos de Roma, de mi autoría, publicado por Chiado Editorial