¿Cuáles serían las 3 verdades de la vida?

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Cuando empezamos a caminar tropezamos una y mil veces, pero al final el resultado es exitoso: logramos andar. Lo mismo sucede en todos los aspectos de nuestra existencia en los que los fracasos son necesarios para que podamos llegar a la meta. En el fondo, son ellos los que le dan valor a lo conseguido.

Para aprender no es necesario cometer errores, esa es solo una tonta excusa que los estupidos usan para justificar sus estupideces.

La television, redes sociales, incluso la “música” se ha encargado de minimizar de manera exagerada las causas y síntomas de las enfermedades mentales. Por eso el mundo entero esta desinformado y tienen una imagen errónea de lo que son, causando que quienes realmente están enfermos, sean ignorados, subestimados y abandonados a su suerte.\

No le temas a los que aparentan maldad, pues son sólo fingidores. Los verdaderos malos siempre mantienen un perfil bajo y son los últimos en los que pensarías al escuchar la expresión “mala persona.” A los que realmente debes temerles, es a los que fácilmente se camuflan en un rebaño de ovejas.

Si la manera en que la que piensas, hablas y actúas NO esta perfectamente sincronizada y concordando entre sí. Probablemente sólo seas un charlatan y fingidor.

Varios suelen pensar que que las personas con las que se relacionan no influyen en la forma de actuar, pensar o hablar o que no tienen nada que ver contigo.

Todo esto es una mentira.Tu círculo social es lo que más habla de ti. Pues ellos son tu reflejo.

Vivimos en un mundo que cada vez hace a los seres humanos más débiles, o si no, mira a tu alrededor y date cuenta de la crianza de los padres en la actualidad, de la irresponsabilidad disfrazada de libertad, de todas esas máquinas, aplicaciones, profesiones o cosas que tenemos para hacernos la vida mucho más fácil y que ni siquiera tengamos que esforzarnos para conseguir algo o siquiera pensar en las consecuencias antes de hacer lo que sea. La mayoría viven demasiado acomodados desde el nacimiento. Esa comodidad es precisamente la que hace al ser humano débil e incapaz de enfrentar incluso lo más común e insignificante.

Los medios de comunicación promueven una estupidez cultivada como una postura que no sólo aceptable sino laudable.

Dejarás de ser tratado como un objeto, hasta que tú dejes de actuar como si fueras uno.

La vida se encargará de destruirte, hacerte indestructible o ambas. Como tú elijas.

Si lo único que tienes para ofrecer es tu dinero o tu físico, sirves únicamente como un cajero o como una prostituta. Así que no debería sorprenderte el hecho de que solo te dan 3 vueltas y automáticamente te mandan directo a la m**rda después de darte el único uso que se te puede dar.

El ser humano que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado en la vida.

Para ser realista, primero tendrás que haber vivido una casi infinita lista de dificultades complejas.

Sacrificarse por los demás no tiene ningún sentido. ¿Has escuchado la frase “Yo hago todo por ti y tú no lo valoras o no haces lo mismo por mi.” Por lo general, junto con ella sigue la cruda respuesta: “¿Y quién te ha pedido que lo hagas?” Es verdad, nadie te pide que hagas nada. Y si lo haces de buena voluntad, no deberías esperar que te lo paguen.

A ninguno le pondrán un monumento en el trabajo. Esta bien ser comprometido y dar lo mejor de ti, pero no sobrepases los límites. Tarde o temprano te encontrarás frente a frente con una verdad triste: tus colegas estarán conscientes de que te esfuerzas demasiado en absolutamente cualquier trabajo y serán más duros contigo. Y en el momento en que estés arruinando tu salud por una ardua carga laboral, tus superiores estarán con toda tranquilidad, sentados viendo sus redes sociales, tomando una taza de café mientras ven en internet su próximo destino turístico.

Nadie puede transformar tu vida como tú sólo puedes hacerlo. Para lo bueno y para lo malo, Las decisiones son de uno mismo y aunque haya gente que puede influir, depende únicamente de ti, la dirección que tomes en la vida y cada cosa que hagas. No depende de tus padres, amigos, la escuela o la iglesia ¿conoces a alguien que siempre está culpando a terceros de sus errores? ¿Conoces a alguien que siempre se está quejando de la vida que tiene, de la economía, del gobierno, de su jefe, de todo lo que tiene y no tiene? ¿Alguien que siempre se absuelve de todo y lanza sus responsabilidades y consecuencias en hombros de otros? Asumir el papel de víctima es lo más cómodo. Quizás seas tú o alguien en tu familia. La verdad es que casi todos evitan a toda costa aceptar que la mayoría de cosas que les pasan es por culpa de ellos mismos, y más del 95% de la población no está feliz con su vida y están esperando que otra gente o entidad, como el gobierno, empleadores, seguro social u otros resuelvan sus “problemas” porque ellos no creen o no aceptan que ellos mismos son los que deben hacerlo.

Quien no arriesga, no avanza. Si temes fracasar, no asumirás los riesgos necesarios para alcanzar tu meta. Por ejemplo, no vas a hacer esa llamada importante, porque tienes miedo de ser rechazado. O bien, no renunciarás a tu trabajo sin futuro y no apostarás por emprender tu propio negocio porque tienes miedo de quedarte sin el poco dinero que tienes. Solución: interioriza ahora mismo que el fracaso para ti es una condición estrictamente temporal. Si las cosas no salen como quieres o piensas, es sólo un revés que, a lo sumo, retrasa tu eventual éxito. En otras palabras, acepta el hecho de que hay veces en las que uno fracasa, pero trata de ver el fracaso como un inevitable (y también vital) componente de tu camino hacia la meta.