Caribdis, es un monstruo marino de la mitología griega que habitaba junta a Escila, en el estrecho de Mesina, Sicilia. Vivía bajo unas rocas de la isla y tres veces por día tragaba enormes cantidades de agua, consumiendo barcos, marineros, peces y todo lo que encontraba a su paso. A veces, devolvía lo tragado con horribles ruidos formando un espantoso y terrible remolino. Siempre se ocultaba tras una niebla espesa.

Era hija de Poseidón y Gea, había sido una ninfa marina que inundó la tierra para ampliar el reino submarino de su padre, hasta que Zeus la transformó, convirtiéndola en esa horrible y malvada figura, porque trató de robar a Heracles una parte de los rebaños de Gerión.

Los argonautas fueron capaces de evitar ambos peligros gracias a que los guió Tetis, una de las nereidas, pero sólo Odiseo (Ulises) consiguió superar en dos ocasiones sus horribles fauces.

El mito de Escila y Caribdis, sigue apareciendo en diversos campos de la Biología, la Taxonomía, la Genética, la Bioquímica, la Geografía o la Astronomía.

Este mito ha aparecido en obras literarias, desde Homero, Ovidio y Virgilio a Manzoni y James Joyce y artísticas; pinturas, cerámicas, fuentes, esculturas, monedas.

Se ha establecido en el lenguaje periodístico, médico, legal etc. para calificar situaciones muy peligrosas, para salir de ellas sólo hay dos salidas, pero las dos son malas. Y en el lenguaje vulgar, el proverbio que invoca este mito significa estar entre “espada y la pared”.

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