Uno de los mitos griegos acerca del dios Hades estaba relacionado con las aventuras del héroe ateniense Teseo y su descenso a los infiernos.

Teseo y su compañero Pirítoo decidieron demostrar su valía raptando y desposando a dos hijas de Zeus. Mientras Teseo escogió a Helena, hija de Zeus y Leda, Pirítoo escogió para si a Perséfone, hija de Zeus y Deméter según algunas versiones del mito.

Teseo logró su objetivo: raptó a Helena mientras aún era una niña y la dejó prisionera en su palacio de Atenas. Tras esto, decidió colaborar con su amigo Pirítoo en la consecución del objetivo. Los dos amigos descendieron juntos al infierno para raptar a Perséfone. Sin embargo, el dios de los muertos conocía sus intenciones de raptar a su esposa, por lo que, fingiendo que les ofrecía una cálida acogida en su morada, les pidió que tomaran asiento en sendos tronos.

En el momento en el que los dos héroes se sentaron, enormes serpientes surgieron del suelo y se enroscaron en torno a los dos compañeros, aprisionándolos. Otras fuentes cuentan que el héroe quedó aprisionado al sentarse en una roca para descansar y no poder levantarse de ésta, mientras Pirítoo era arrastrado a las profundidades del infierno por las Furias.

Aunque Teseo fue posteriormente rescatado por Heracles en uno de sus doce trabajos, Pirítoo quedó atrapado en los infiernos, condenado por toda la eternidad por la impiedad de haber ofendido a un dios tratando de raptar a su esposa.

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