ANUNCIO
¿Según la mitología griega, de qué isla huyeron Ícaro y Dédalo?
Dédalo, tras matar a su sobrino Talos, tuvo que salir de Grecia. Encontró refugio en la isla de Creta, regida por el rey Minos, que no dudó en acogerlo en su reino.
Por aquel entonces, rondaba Creta una terrible bestia: el Minotauro. Este ser, mitad hombre, mitad toro, había generado espanto entre los habitantes de la isla, aunque también tenía un cúmulo de adoradores. Según lo cuenta el mito de Ícaro y Dédalo, Minos pensó que la mejor solución era encerrar a la criatura para que no causara más estragos. Le encargó a Dédalo que cumpliera esa misión.
Dédalo ideó un complejo laberinto. Era un sitio formado por multitud de pasillos por todas partes y del que era prácticamente imposible escapar.
Dice el mito de Ícaro y Dédalo que Teseo, un héroe legendario, llegó a Creta con la misión de matar al minotauro. Ariadna le ayudó para que entrara en el laberinto y luego pudiera salir de él. Al rey Minos no le cayó en gracia, pues para él la hazaña demostraba que el sitio no era tan seguro como Dédalo había afirmado. Así que decidió castigar al arquitecto, encerrándolo en su propio laberinto.
Dédalo hizo algunas peticiones al rey "a cambio de doblegarse a su voluntad". Dijo que deseaba hacer algunas obras para homenajear a Minos y todos le creyeron. Por eso le llevaron plumas y cera, sin preguntar para qué. Con esos elementos, Dédalo construyó unas alas para sí mismo y para su hijo Ícaro. La única forma de escapar del laberinto era volando.
Más información:
es.wikipedia.org
ANUNCIO
ANUNCIO
ANUNCIO