Una de las fábulas griegas más populares tiene como protagonistas al rey de los dioses Zeus y a uno de los animales, la tortuga.

La fábula comienza con la planeada boda de Zeus y Hera. Las invitaciones al banquete de bodas se enviaron a todos los animales. La tortuga no acudió y, al enfrentarse a Zeus, se limitó a decir que prefería la comodidad de su propia casa, aunque fuera más humilde que el palacio del dios.

En griego, la tortuga respondió con las palabras «oikos philos, oikos aristos», que se han traducido como «¡Hogar familiar, hogar ideal!». Zeus castigó a la tortuga colocando su hogar (caparazón) permanentemente en su espalda. Para siempre, la tortuga tuvo que llevar su hogar con ella dondequiera que fuera.

Como en todas las fábulas, hay una lección moral en esta fábula. La lección que se explicaba al final de la breve fábula era que algunas personas consideraban preferible vivir modestamente en su propia casa antes que lujosamente en la ajena. La fábula de Esopo incitaba a un enfoque humilde y sencillo de la vida.

Las fábulas no se consideraban parte de la mitología griega, sino que se entendía que habían sido inventadas para impartir una lección en lugar de relatar hechos.

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