Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono y reinó en Jerusalén treinta y un años. Durante su reinado se encontró en el templo el libro de la ley que estaba perdido, el mismo fue leído en su presencia y cuando el rey oyó las palabras de este libro, se rasgó las vestiduras y dio orden al sacerdote para consultar sobre las cosas que ahí estaban dichas.

Luego de la consulta llegó a la conclusión que "la gran ira del Señor arde contra nosotros, porque nuestros antepasados no obedecieron lo que dice este libro ni actuaron según lo que está prescrito para nosotros".

Entonces el rey mandó convocar a todos los ancianos de Judá y Jerusalén y acompañado de toda la gente, los sacerdotes, los profetas y de la nación entera, desde el más pequeño hasta el más grande, el rey subió al templo del Señor.

Y en presencia de ellos leyó todo lo que está escrito en el libro del pacto que fue hallado en el templo, después se puso de pie junto a la columna y en presencia del Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a cumplir, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, sus preceptos y sus decretos, reafirmando así las palabras del pacto que están escritas en ese libro y todo el pueblo confirmó el pacto.

Josías muere en un enfrentamiento con Necao, rey de Egipto, esto sucedió en el año 608 a.C. a los 39 años del rey.

Josías fue el último rey de Judá que agradó al Señor y su nombre en hebreo significa: El Señor apoyará.

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