La astrología occidental (llamada así por su desarrollo entre el Oriente Próximo y Europa) es considerada una pseudociencia que, en su acepción más amplia, compone un conjunto de tradiciones y creencias que sostienen que es posible reconocer o construir un significado de los eventos celestes y de las constelaciones, basándose en la interpretación de su correlación con los sucesos terrenales; este paralelismo se utiliza como método de adivinación.

De acuerdo a los expertos (astrólogos), a los signos del zodiaco se los puede clasificar de varias maneras. Una de ellas es por sus cualidades: según estas se clasifican en cardinales, fijos o mutables, y nada tiene que ver una con la otra.

Dentro de los signos cardinales encontramos a: Cáncer, Libra, Aries y Capricornio. Dentro de los fijos están: Leo, Tauro, Acuario y Escorpio. Mientras que los restantes: Virgo, Géminis, Sagitario y Piscis, son considerados mutables.

Los signos cardinales se encuentran en los cuatro extremos de los puntos conocidos como equinoccios y solsticios del círculo zodiacal, o sea son los signos que marcan el comienzo de cada estación en el calendario: verano (Cáncer), otoño (Libra), invierno (Capricornio) y primavera (Aries). Es por esto que se los considera "pioneros" o "iniciantes". Representan la iniciativa, el hacer, el movimiento. Son proactivos y se enfocan en ir tras sus metas y objetivos. Tienen impulso de tomar la delantera y de crear cosas.

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