El 4 de agosto de 1578, tiene lugar la Batalla de Alcazarquivir, entre tropas portuguesas y marroquíes, en la que pereció el rey Sebastián I de Portugal. El combate se desarrolló en Alcácer Quibor - Alcazarquivir -el norte de África, con la finalidad expulsar a los ejércitos portugueses que intentaban apoderarse de esos territorios.

Los turcos habían ido avanzando por el Mediterráneo y seguían con su objetivo de dominar a los pueblos del norte de África, dificultando la navegación mediterránea cristiana, lo cual chocaba de frente con el expansionismo de la corona portuguesa en la zona.

Durante la batalla murió el monarca portugués Don Sebastián, así como los reyes árabes Muley Maluco y Muley Muhammad, por lo que esta batalla también se conoce con el nombre de “la batalla de los Tres Reyes”.

El cadáver del rey fue recuperado del campo de batalla y sepultado en Alcazarquivir; y en diciembre de ese mismo año fue entregado a las autoridades portuguesas.

La muerte del rey don Sebastián dejó a Portugal inmerso en el desconcierto, la bancarrota y un vacío político que su sucesor, el cardenal don Enrique, intentó llenar sin conseguirlo, por lo que aconteció una crisis dinástica que solucionó Felipe II al ocupar el país como nuevo rey de Portugal, creándose así nuevamente la unión ibérica en la historia.

La crisis portuguesa originó la pérdida de la independencia de Portugal en 1580 a manos de la Monarquía Hispánica, la que solo pudo recuperar ochenta años más tarde.

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