La captura de Atahualpa​, batalla de Cajamarca o masacre de Cajamarca, fue un ataque sorpresa realizado por el ejército de Francisco Pizarro sobre el monarca de facto del Imperio incaico, el Inca Atahualpa. Ocurrió en la tarde del 16 de noviembre de 1532, en la plaza mayor de Cajamarca. Y finalizó con los españoles habiendo logrado el objetivo de capturar al inca.

El Imperio incaico se encontraba en la última fase de una larga guerra civil por la sucesión al trono, en la cual uno de los pretendientes, Atahualpa, acababa de capturar a su medio hermano y rival por el trono, Huáscar. Mientras, por su parte, el español Francisco Pizarro y cuatro hermanos encabezaban una expedición de conquista compuesta por 168 hombres y 62 caballos.

Atahualpa y su ejército, de unos 30 000 hombres, se habían concentrado a las afueras de Cajamarca con el fin de entrevistarse con los conquistadores españoles. Pizarro envió al campamento de Atahualpa una embajada compuesta por Hernando Pizarro, su hermano, y Hernando de Soto, que solicitaron al inca una audiencia con el gobernador. Atahualpa, infravalorando la fuerza de los españoles, aceptó, y el encuentro tuvo lugar el día siguiente

Desde la plaza de Cajamarca, los españoles vieron avanzar la impresionante comitiva inca, de radiante colorido. Los conquistadores españoles le habían preparado una encerrona. Luego de perder la libertad, su posterior muerte, el 26 de julio de 1533 significó el hundimiento definitivo del Imperio inca.

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