El 11 de abril de 1967, ingenieros argentinos trabajaban en el proyecto BIO, consistente en lanzar al espacio a bordo de cohetes con cápsulas acopladas, pequeños animales de laboratorio.

En el primer vuelo viajó el ratón Belisario, colocado y sujetado dentro de la cápsula, acoplada al cohete Yarará, de fabricación nacional, disparado exitosamente desde Córdoba. El vector se elevó y al cabo de un minuto separó su carga útil que, tras desplegar sin inconvenientes su paracaídas, comenzó a descender hasta tocar tierra. Belisario se hallaba en perfecto estado de salud. Logró volar a una altura de 2.300 metros.

El 30 de agosto de 1969, despegó, desde la Rioja un nuevo cohete llevando a bordo a la rata Dalila, que alcanzó los 20 km. de altitud a una velocidad de 2850 km.

El 23 de diciembre de 1969, el cohete Rigel 04 despega desde La Rioja, llevando al mono Juancito. Participan del experimento la Fuerza Aérea Argentina y técnicos y científicos de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Juancito, fue recuperado indemne luego de 30 minutos de vuelo, cuyo apogeo se produjo a 70 kilómetros de altura.

En ese momento Argentina se convertía en el cuarto país en el mundo en la realización de experiencias biológicas en el espacio.

Los restos de dos de esos "astronautas" el ratón Belisario y el mono Juan se conservan en el Museo Universitario de Tecnología Aeroespacial de Córdoba

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