J. M. W. Turner (1775 - 1851) y John Constable (1776 - 1837) son considerados como los dos grandes paisajistas ingleses del siglo XIX, muy distintos entre si.

Turner creó en una multitud de óleos una visión romántica de una naturaleza sublime y dinámica, que refleja las emociones humanas. Figura controvertida en su tiempo, hoy en día es visto como el artista que elevó el arte de paisajes a la altura de la pintura histórica. Aunque es renombrado por sus pinturas al óleo también es uno de los grandes maestros de la pintura paisajista británica en acuarela. Es considerado como "el pintor de la luz" y su trabajo representa un prefacio romántico al impresionismo.

Entre sus obras destacamos "Aníbal cruzando los Alpes", "La batalla de Trafalgar", "Tempestad de nieve en el mar" y "El temerario".

Constable, el pintor de nubes, prescindió de la tradición paisajística convencional y pintó sus espacios natales de Suffolk con un naturalismo sincero aplicando pequeñas manchas y trazos superpuestos, un estilo nuevo en Inglaterra y en el mundo.

Sus obras constituyen un reflejo del profundo amor que sentía por la naturaleza, adquirido en su tierra natal, protagonista principal de sus creaciones. Sus esbozos de tamaño natural, realizados con pinceladas de gran libertad y frescura, gozan en algunos casos de mayor aceptación que sus obras acabadas.

Entre sus obras citamos "La bahía de Weymouth", "La inauguración del puente de Waterloo", "Caballo blanco" y "La carreta de heno".

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