Los Bushrangers (también escrito bush rangers) eran, en los primeros tiempos de la colonización británica de Australia, los forajidos perseguidos por las autoridades que se refugiaban y se escondían en el bush del interior del país.

Conseguían desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir en un medio a veces relativamente hostil y se dedicaban, en solitario o en bandas, a robar a los colonos y a los viajeros.

La palabra bushranger se extendió posteriormente a todos los bandidos y criminales que vivían fuera de la ley y que usaban el bush como base de operaciones. Son el equivalente australiano de los bandoleros españoles, los highwaymen británicos y los outlaws estadounidenses. Se dedicaban, entre otros delitos, a asaltar bancos de pequeños poblados o coches de correos.

En algunas etapas de la historia de Australia, los bushrangers se convirtieron en personajes legendarios y en héroes valerosos que se atrevían a desafiar a los poderosos y a la policía.

Algunos bushrangers, y en particular Ned Kelly en su famosa carta escrita durante el ataque al pueblo de Jerilderie y durante su batalla final en Glenrowan, se presentaban como unos rebeldes políticos. La actitud de los australianos hacia los bushrangers siempre ha sido ambigua.

Al igual que los gánsteres norteamericanos fueron retratados en numerosas películas del oeste, los bushrangers aparecen frecuentemente en la literatura, la música, el cine y la televisión australianos.

Más información: wikipedia.org