¿Quiénes forman la tríada de grandes tragediógrafos griegos?
La época dorada del teatro griego transcurre desde el siglo V al IV a. C.. En la tragedia destacan tres grandes genios: Esquilo (525a.C.-455 a.C.); Sófocles (496 a.C.-406 a.C.) y Eurípides (480 a.C.-406 a.C.).
En Grecia el teatro siempre estuvo relacionado con el culto al dios Dioniso, el dios del vino. Dos son los géneros teatrales fundamentales: la tragedia y la comedia. La tragedia pone en escena los grandes problemas de la condición humana: el destino, el tema de la libertad o el concepto de culpa.
Sus personajes son casi siempre héroes o dioses, personajes relacionados con el mundo del mito. Estos personajes suelen utilizar un lenguaje elevado, difícil. Sus finales son trágicos y violentos, siendo frecuente la muerte o el sufrimiento del héroe.
Esquilo presenció el final de la tiranía y combatió contra los persas. Entre sus obras más célebres citaremos "Los persas", "Los siete contra Tebas", "Los suplicantes", "La Orestíada" y "El Prometeo encadenado".
Con 27 años, Sófocles se impuso a Esquilo en la competición teatral de las Grandes Dionisias. Introdujo diversas modificaciones como el perfeccionamiento de la escenografía y la incorporación del tercer actor. Destacan "Edipo rey", "Antígona" o "Electra".
Las peculiaridades que distinguen a Eurípedes son la mayor atención que presta a los sentimientos y, sobre todo, el realismo de sus personajes. "Medea", "Las Bacantes", "Andrómaca", "Medea" y "Orestes" son algunas de sus obras más sobresalientes.
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