Cristo resucitado (Christus Dolens, Cristo como varón de dolores), es una pintura al temple sobre tabla de 109 x 75 cm, pintado por Bramantino, en 1490. Actualmente se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

La obra representa a Cristo como varón de dolores, frontal, hasta la mitad de la rodilla. En el contexto de una arquitectura en ruinas (posiblemente el sepulcro) y un paisaje lunar (con un río, árboles y un velero).

La pintura muestra la imagen pálida, y la trágica expresión de Cristo cargada de tristeza. No es un Cristo triunfante, vencedor de la muerte, característico de otras obras que representan al resucitado. Las heridas de la pasión son visibles en las manos y el costado. Aunque, no hay sangre ni violencia; la expresión de sus ojos, de su cara, bastan para transmitir el dolor más profundo y la angustia de un sufrimiento extremo.

En el paisaje iluminado por la luz de la Luna aparecen, estructuras arquitectónicas de características clásicas. En el fondo oscuro que aparece a su derecha lo que podría ser la sepultura del huerto de Getsemaní. En la distancia, dos hombres navegan en una barca con mástil que transporta dos tiendas de campaña.

El artista muestra el contraste de claros y oscuros, apreciable a simple vista en nuestro satélite, en las llamadas manchas de la luna. La expresión de Cristo es lo suficientemente poderosa como para centrar la atención del observador en la esfera de las emociones, aspecto que más le interesaba a Bramantino.

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