Thomas Alva Edison fue el primero en patentar una bombilla incandescente de filamento de carbono, viable fuera de los laboratorios, es decir, comercialmente viable. La patentó el 27 de enero de 1880.

Joseph Wilson Swan recibió la patente británica para su dispositivo en 1879, alrededor de un año antes que Thomas Alva Edison. y en una conferencia en febrero de 1879, mostró una lámpara funcionando. Al comienzo de ese año empezó a instalar bombillas en hogares y señales en Inglaterra. Sin embargo, las mejoras de Edison permitieron que la bombilla tuviera una larga duración, y por lo tanto, fuera comercialmente viable.

Al abordar la cuestión de quién inventó la lámpara incandescente, algunos historiadores (Robert Friedel y Paul Israel) listan 22 inventores anteriores a Edison y concluyen que la versión de Edison pudo superar a las demás gracias a una combinación de tres factores: un material incandescente eficaz, un vacío más alto que el que otros pudieron lograr (mediante el uso de la bomba de Sprengel) y una alta resistencia que hizo económicamente viable la distribución de energía desde una fuente centralizada.

En 2009, una Directiva de la Unión Europea estableció un plazo para que en los estados miembros dejaran de fabricar y comercializar lámparas incandescentes. Las bombillas incandescentes están siendo sustituidas por opciones más eficientes, como las bombillas fluorescentes compactas y las basadas en tecnología led.

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