El Grito de Dolores es considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende, Juan Aldama, hizo a sus feligreses con el fin de que se levantaran en armas contra la Nueva España en la mañana del 16 de septiembre de 1810, para lo cual tocó una de las campanas de la Parroquia del Pueblo de Dolores, hoy Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Descubierta la conspiración el 15 de septiembre de 1810, Josefa Ortiz, esposa del corregidor Miguel Domínguez, avisó a Allende, y este a su vez previno a Hidalgo, quien se apresuró a organizar la rebelión y a iniciarla durante la madrugada del 16 de septiembre del mismo año.

Miguel Hidalgo y Costilla, era párroco del pueblo de Dolores, ex alumno de los jesuitas, poseía gran cultura y fortuna; fue profesor y rector del colegio de San Nicolás en Valladolid.

Su prédica hizo que la insurrección se convertiría en un movimiento popular y no solo de un grupo de criollos disconformes.

Llamo a misa y desde el pulpito invitó a la unión y rebeldía conjunta. En pocos días logró reunir más de 10.000 criollos, mestizos y otras personas dedicadas a la minería, agricultura y obrajes.

Salió de la iglesia con su ejército y en Atotonilco adopto la imagen de la Virgen de Guadalupe como estandarte de la lucha y desde ese momento, el grito de la multitud fue “viva Nuestra Señora de Guadalupe”, ¡mueran los Gachupines!.

Más información: es.wikipedia.org