Earle Dickson inventó, en 1921, la tirita; esa tira adhesiva por una cara con un apósito esterilizado en el centro que se coloca sobre heridas pequeñas para protegerlas, para su esposa Josephine. Dickson era un empleado de la compañía Johnson & Johnson.

En 1920 la pareja vivía en New Brunswick, (New Jersey). Josephine a menudo sufría pequeños accidentes domésticos, sobre todo cocinando.

Earle se dio cuenta de que los vendajes tradicionales eran grandes y aparatosos para heridas menores. Por eso, cortó y dobló muchos trozos de gasa que pegó en el centro de una larga tira de esparadrapo que cubrió, para evitar que se pegara a sí mismo, con tela de corpiño.

En su empresa se entusiasmaron al ver lo fácil de su aplicación. Decidieron fabricar los novedosos vendajes bajo el nombre de Band-Aids. Eran largas tiras de 45 x 7 centímetros.

En 1924 empezaron a producir las tiritas de distintos tamaños y longitudes. En 1938 se vendían esterilizadas y en 1951 en unidades sueltas y no en rollos. Fue tal el éxito que Dickins fue ascendido a vicepresidente de la compañía. Al morir, la empresa ganaba 30 millones de dólares al año con las ventas de tiritas.

A España el apósito llegó en 1939 de la mano del valenciano Gerard Coll, fundador de la empresa Laboratorios Unitex, que desde 1988 forma parte del grupo Hartmann. El primer nombre comercial fue Espárapractic Unitex, que un año después pasaría a llamarse 'Tiritas'.

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