Se atribuye la invención de la conocida como memoria USB a un ingeniero de origen israelí llamado Dov Moran. En el año 1995, Moran creó un prototipo de esta memoria USB y también, de los primeros modelos desarrollados por la empresa tecnológica M-System.

Pese a resultar una novedad que aportaba enormes beneficios a nivel tecnológico, la memoria USB tardó en contar con la aceptación de buena parte del público. Sería a partir del año 2000 cuando comenzaría a extenderse su utilización, sobre todo, movido por el interés de otras compañías como fue IBM o Trek Technology, entre otras, que destinaron buena parte de sus esfuerzos para comercializarla.

Seguramente te resultará sorprendente conocer que las primeras memorias USB tenían capacidades de 8 MiB, 16 y así, hasta los 64 MiB. Desde sus inicios han ido mejorando en cuanto a capacidad se refiere, hasta que las que tienes hoy en tu hogar.

Como todos los inventos en esta nueva era digital, se prevee que para 2030 ya será completamente obsoleto el uso de este artefacto, ya que gracias al almacenamiento remoto (nube) y al incremento de velocidad en conexión para acceso a la misma cada vez es menos práctico cargar con una memoria física y más eficiente transmitir archivos e información por medio de la red. Por este motivo cada vez se ven menos marcas comerciales para la venta de estos productos.

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