Vera Rubin (1928-2016) astrónoma Estadounidense, encontró la primera evidencia de existencia de la materia oscura. Se trata de una forma postulada de materia que no interactúa con la materia común, que no emite luz, y cuya presencia solo puede ser inferida a partir de los efectos gravitacionales que provoca sobre la materia visible, como estrellas, galaxias y aglomerados de galaxias.

Casi cuatro décadas después de la observación de Rubin, los científicos saben que dicha materia conforma un 84% del Universo, aunque desconocen de qué está hecha. Sus partículas invisibles atraviesan todo el cosmos y ella afecta la forma en que las estrellas se mueven dentro de las galaxias, cómo las galaxias se atraen mutuamente, y cómo todo el Universo se agrupó en primer lugar.

Fue la única mujer graduada en astronomía en Vassar College en 1948, no pudo estudiar el doctorado en astronomía de Princeton porque la institución no aceptaba mujeres en esa época. Finalmente obtuvo el doctorado en la Universidad de Georgetown.

A pesar de décadas de trabajo y de la relevancia de su investigación y de sus descubrimientos, Rubin falleció a los 88 años, sin el Premio Nobel que sus compañeros creían que merecía.

Ninguna mujer ha recibido el Nobel de Física desde 1963, cuando Maria Goeppert Mayer lo compartió con Eugene Wigner y J. Hans Jensen por su trabajo sobre estructura y teoría atómica. Y la única mujer antes de Mayer fue Marie Curie, en 1903.

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