La popularidad de los campeones entre un amplio público, se apoya en el valor relativo de la marca que han realizado, en la técnica, el estilo que han introducido y en la longevidad o deportividad que han encarnado. Si a uno o varios de estos criterios se agrega el valor humano y la fuerza del carácter del atleta en el combate que ha podido librar contra cierto impedimento físico o enfermedad, el campeón se convierte en ídolo.

Así es con la historia de Takacs Karoly, nacido el 21 de enero de 1910, en Budapest (Hungría), es uno de los ejemplos más memorables, después de formar parte del equipo húngaro de tiro que ganó el título mundial en1939 en Lucerna, Suiza, perdió su mano derecha a causa de la explosión de una granada.

A fuerza de voluntad y entrenamiento lograría convertirse en tirador zurdo y conservar su lugar entre los mejores campeones de la pos-guerra.

Así conquistó en Londres en 1948 su primera medalla de oro olímpica en tiro con pistola rápida con 580 puntos, delante del argentino Carlos Díaz Sáenz Valiente (571 puntos) y del sueco Sven Lundqvist (569 puntos).

En Helsinki (1952) reiteró su éxito totalizando 579 puntos delante de su compatriota Szilard Kun (578 puntos) y del rumano Gheorghe Lichiardopol (578 puntos).

Logró ser el primer tirador de pistola rápida en ganar dos títulos olímpicos, marca que desde entonces no ha sido igualada más que por el polaco Joseph Zapedzki en 1968 en México y en 1972 en Munich.

Karoly murió en su ciudad natal en 1976.

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