Conocida como «The Giggling Granny» (La abuela risueña) por su risa nerviosa durante las interrogaciones, Nannie Doss asesinó a 11 personas entre 1920 y 1954, intoxicándolos con arsénico. Entre sus víctimas se encontraron 4 de sus 5 maridos, su madre, sus dos hermanas, su nieto, su sobrino y su suegra.

Durante una interrogación admitió haber asesinado a sus maridos porque no eran lo suficientemente buenos. Aclaró que: «Estoy buscando mi pareja perfecta, el real romance de mi vida».

En junio de 1953, se casó con Samuel Doss. Un hombre honesto, amoroso y saludable. A los dos meses fue ingresado en el hospital por un malestar que los médicos atribuyeron a una infección gastrointestinal leve.

Samuel murió el mismo día que fue dado de alta. Sorprendido por su muerte, su médico ordenó una autopsia, que reveló que había ingerido grandes cantidades de arsénico. Su mujer fue arrestada como primera sospechosa.

Nannie confesó todos sus crímenes. Los psiquiatras concluyeron que estaba en condiciones de ser procesada y que había matado con absoluta sangre fría.

Incapaz de sentir empatía ni culpa, Nannie eliminaba de su vida a todo aquel que considerara un estorbo sin borrar la sonrisa de su rostro.

Fue juzgada únicamente por la muerte de Samuel y condenada a cadena perpetua en 1955. Murió de leucemia 10 años después.

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