Zeus ordenó a todos los dioses crear a la primera mujer en la tierra y que cada uno de ellos la llenara de virtudes: sabiduría, belleza, don de gentes, música y capacidad de seducción. Pero Pandora fue, también, un arma contra el hombre, pues Zeus quería acabar con él a causa de la desobediencia del titán Prometeo.

Se dice que, durante la rebelión de los titanes, Prometeo escogió apoyar a Zeus. Gracias a esta elección conquistó el favor de Atenea, que le enseñó numerosas artes. Benévolo con los hombres, el titán Prometeo les entregó un cofre cargado de dones robado a la diosa.

Zeus, disgustado, decidió castigar a los mortales privándoles del fuego. Prometeo, a su vez, lo devolvió a los hombres, por lo que tuvo que sufrir una atroz pena: atado a una roca, cada día un águila le roía el hígado, que le volvía a crecer durante la noche en un suplicio eterno.

El de Pandora es un mito decididamente misógino, ya que su protagonista encarna algunos de los principales defectos tenidos por "femeninos" como la curiosidad o la impulsividad. Pandora abrió la caja donde habían sido encerrados todos los Males -Vejez, Enfermedad, Locura...-, aunque se le había ordenado no hacerlo.

Desde entonces estos males se abaten como plagas sobre los hombres, y junto a ellos la Esperanza -también encerrada en la caja-, que con sus mentiras e ilusiones evita que la humanidad se suicide.

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