María Cenobia Izquierdo Gutiérrez (1902 - 1955) fue una pintora mexicana, la primera en exponer sus obras fuera de México, en 1930. Su primera exposición tuvo lugar en el Art Center de Nueva York. Su obra se caracteriza por el uso de intensos colores y temáticas que incluyen autorretratos, paisajes, naturaleza y muestras claras de surrealismo.

Sus primeras obras, de 1927 a 1930, muestran retratos de sus seres queridos y amigos, como; Retrato de Belem (1920), Niñas durmiendo (1930). Sus paisajes revelan mucho del entorno que la envolvió en su tránsito desde su infancia rural y la vida adulta en la Ciudad de México.

La obra de la pintora está incluida dentro del contexto del arte posrevolucionario.

Sus pinturas están relacionadas con la mexicanidad, en donde expresa su propia visión de la historia, utilizando colores brillantes y fuertes, que forman atmósferas sombrías en tonalidades ocres y terrosas. La pintura de María Izquierdo fue considerada por críticos de arte, escritores y poetas como pintura primitivista.

Tiene una iconografía variada que incluye naturalezas muertas, autorretratos, retratos, bodegones, altares de dolores, escenas de circo, etc. Una de las principales características de su obra es la reiteración de la figura femenina en muy diversos escenarios. En muchas de sus obras reinterpretó las tradiciones mexicanas creando atmósferas sobre los objetos populares.

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