Amadeo I de España (1845-1890)​ fue rey de España desde el 2 de enero de 1871 hasta el 11 de febrero de 1873.

Fue elegido rey de España por las Cortes Generales en 1870 tras la deposición de Isabel II en 1868. Su reinado en España, de dos años de duración, estuvo marcado por la inestabilidad política. Su abdicación en 1873 condujo a la declaración de la Primera República Española.

Su juventud, sencillez y cercanía popular fueron aspectos exaltados entre sus partidarios. Se le consideraba como el «rey demócrata», elegido en las Cortes por 191 votos. Su principal función era consolidar los logros de la revolución de 1868 dentro del orden que garantizaba la institución monárquica. Sus valedores le presentaban como un rey impulsor del progresismo y la modernidad, representante de un nuevo tipo de monarquía, alejada de la corrupción, la superstición y la inmoralidad que había representado la dinastía borbónica en la persona de Isabel II.

Amadeo fue considerado por sus contemporáneos como un rey liberal y progresista debido al enfrentamiento que su padre mantuvo con la Iglesia católica y a la monarquía constitucional que había conseguido instaurar en la Italia unificada.

La muerte prematura del general Prim, su principal valedor, fue un duro golpe para el monarca que no contó con los apoyos políticos necesarios para consolidar su reinado. El clima de inestabilidad social y política que rodeaba a la nueva dinastía hizo muy difícil su pervivencia en el trono.

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