Teodora, nacida en Constantinopla, Estambul, (500 - 548 d.C), fue una emperatriz bizantina de oscuros orígenes, algunos cronistas sostienen que ejerció de acróbata de circo en África; su matrimonio con Justiniano I, le permitió acceder con él a la púrpura imperial. Es santa en la Iglesia ortodoxa, al igual que su marido, su santo se celebra el 14 de noviembre.

Mujer de gran atractivo físico, dotada de una gran inteligencia y energía, que supo

sobreponerse a un pasado escabroso de cirquera y meretriz, en un meteórico ascenso que la llevaría al trono.

Teodora se dedicó mejorar la calidad de vida de las mujeres del imperio bizantino, influyendo en su esposo para que codificara el derecho romano en el "Corpus Juris Civilis". Inspiradas por ella aparecieron leyes que defendían la igualdad de la mujer.

Las fuentes históricas de su vida son las obras de Procopio. El historiador ofreció tres representaciones contradictorias de la Emperatriz:

Primero, la caracteriza como una emperatriz influyente y llena de coraje. Después, escribió la Historia secreta; Justiniano es cruel, corrupto y despilfarrador; Teodora con una vulgaridad y lujuria insaciable, mal genio, calculada maldad con un pasado como actriz, ocupación relacionada a la prostitución.

La tercera representa a la pareja pía con tono adulatorio. Además de su piedad, su belleza es excesivamente alabada. Teodora ya había muerto a la hora de publicar esta obra, Justiniano seguía vivo, y probablemente él la encargó.

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