Según Homero (autor de los poemas épicos La Ilíada y La Odisea), la causa del conflicto bélico entre aqueos y troyanos fue el rapto (o fuga) de Helena de Esparta por parte de París, príncipe de Troya.

La mitología griega relata que Zeus, rey de dioses, ordena a la ninfa Tetis a casarse con un mortal, el rey Peleo. A la boda de Tetis y Peleo fueron invitados todos los dioses excepto Eris, quien se presentó de improviso y dejó una manzana de oro "para la más hermosa". La manzana fue reclamada por Hera, Atenea y Afrodita. Zeus resolvió el asunto nombrando árbitro a París.

Las diosas quisieron sobornar a París: Atenea le ofreció sabiduría, habilidades y destreza en la batalla; Hera le ofreció poder político y el control de toda Asia, y Afrodita le ofreció el amor de la mujer más bella del mundo, que era Helena de Esparta. Paris concedió la manzana a Afrodita, y regresó a Troya.

Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, París se enamoró de Helena y, con la ayuda de Afrodita, la raptó o la sedujo, y la llevó de regreso a Troya como esposa.

Todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla. La armada aquea llegó a las playas de Troya, donde se encontró con gran parte del ejército troyano esperándola (arqueros y guerreros), iniciándose así la Guerra de Troya,

Después de largos años, la guerra fue ganada por los griegos con la treta del caballo hueco de madera, que ocultaba a soldados griegos.

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