"La naranja mecánica" es una novela del escritor británico Anthony Burgess, publicada en 1962. Se la considera parte de la tradición de las novelas distópicas británicas, sucesora de obras como "1984", de George Orwell, y "Un mundo feliz", de Aldous Huxley

Inglaterra, en un futuro no demasiado lejano. Corren tiempos difíciles. Los ciudadanos de a pie malviven en una sociedad de consumo que les empuja a la hipersexualización y la alienación.

La ley y el orden apenas se hacen hueco. Por las noches, campan a sus anchas bandas de adolescentes puestos hasta las cejas de leche-plus. Aficionados al robo, a las violaciones, a la ultra-violencia. La moral anda tan de capa caída que uno no se puede fiar ni de su sombra. El protagonista, Alex, será traicionado por sus drugos y, tras acabar en la cárcel, seleccionado por el gobierno para probar una novedosa técnica conductista destinada a erradicar el mal de raíz.

La naranja mecánica fue adaptada al cine en 1971 bajo el mismo título, con guion a cargo de quien también la dirigió: Stanley Kubrick. Si uno ha visto la película antes de leer el libro, verá que es inevitable que las imágenes de este director se sucedan en su cabeza mientras lee. Y es que la cinta supo captar a la perfección la esencia de la novela, hasta el punto de que sólo queda una manera posible de imaginarse escenas tan icónicas como ese comienzo en el bar Korova, la violación en casa de F. Alexander, o el tratamiento Ludovico.

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