A Jesús Arriaga se le conoce como el Robin Hood mexicano.

Se trata de un bandido que a finales del siglo XIX, robaba a los ricos para ayudar a los pobres. Nació en 1858 en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala.

De joven comenzó a ejercer el oficio de la ebanistería y fue contratado por el acaudalado señor Frizac, por lo que conoció a su hija Matilde Frizac, se enamoraron y tuvieron una hija: Dolores.

La familia Frizac no soportó la idea de que Jesús fuera un humilde ebanista desencadenándose problemas y diferencias que lo llevaron a la Cárcel de Belén, de donde hábilmente escapa en compañía de varios reclusos con quienes conformaría su banda.

Posteriormente fue nuevamente capturado y enviado a San Juan de Ulúa, considerada como cárcel de alta seguridad, de donde volvió a fugarse.

A partir de ello, la fama de bandido generoso y el peculiar sobrenombre de "El Roto" (debido a su elegancia al vestir), cobró gran relevancia en el país.

Las historias de sus robos y hazañas eran noticia en todos los periódicos, el era un maestro del engaño y el disfraz, un hombre sumamente astuto que tenía como principio nunca derramar ni una gota de sangre. Sus disfraces fueron claves para poder pasar inadvertido.

Pronto se convirtió en el bandido del pueblo pues se dedicó a robar a los ricos y ayudar a los necesitados.

"Chucho el Roto" volvió a ser capturado y recluido nuevamente en San Juan Ulúa, donde murió después de ser atrapado en un nuevo intento de fuga.

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