Anna Stepánovna Politkóvskaya (1958-2006) fue una periodista ruso norteamericana, asesinada por denunciar crímenes de lesa humanidad en el conflicto en Chechenia en los 90.

Defendió la libertad de expresión en Rusia, un país que lleva más de 300 periodistas muertos o desaparecidos desde 1991. Murió al momento de estar investigando sobre las torturas en Chechenia para el bisemanario Novaya, para el que trabajaba desde 1999.

Sus artículos y libros promovían una dura crítica a la guerra en Chechenia, debido a los abusos que cometían las fuerzas militares rusas, los rebeldes y el gobierno de ese país, respaldado por Rusia.

Además de las continuas amenazas de muerte y violación; fue apresada por fuerzas militares rusas y fue sujeto de una simulación de ejecución.

Sus libros: Chechenia la deshonra rusa (2003), Una guerra sucia: una reportera rusa en Chechenia (2003) y La Rusia de Putin (2004) la hicieron merecedora de premios internacionales como el Premio Global de Amnistía Internacional Reino Unido al periodismo por los Derechos Humanos (2001) y el póstumo Premio Unesco “Guillermo Cano” (2007).

El 7 de octubre de 2006 fue asesinada en el ascensor de su casa, con varios balazos.

El crimen, investigado por Alexander Litvinenko (ex-espía ruso que murió por envenenamiento), encontró a 5 culpables de matar a la periodista, 2 de los cuales tienen condena a cadena perpetua, y el resto de entre 12 y 14 años de cárcel. El asesino intelectual sigue sin ser descubierto.

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