En la mitología hindú Shiva es uno de los dioses de la trinidad suprema, representa el papel de Dios que destruye el universo.

Shiva tiene tres ojos, uno de ellos en medio de su frente, se dice que sus ojos tienen la capacidad de ver el pasado, presente y el futuro.

Posee una piel de color grisáceo, se dice porque consumió veneno para crear el néctar de la inmortalidad. En su frente lleva una luna en cuarto creciente representando la división del tiempo en meses y en el cuello lleva una serpiente que representa la partición del tiempo en años.

Tiene además un collar de calaveras que simboliza el ciclo de extinsión y generación de las razas de la humanidad.

Es conocido también como el más grande "Yogui" y el Dios del yoga. Aparece sentado sobre una piel de tigre frente al monte Kaislach.

Shiva tuvo como esposa a Sati (que era la reencarnación de la Diosa Adi Parashakti). Quienes se casaron por consejo del Dios Brahma, la pareja se fue a vivir al monte kaislach.

Los padres de Sati, Prasuti y Dasksha, no aprobaban el matrimonio, como consecuencia Sati se inmoló en su propio fuego, quemando su cuerpo mortal.

Al enterarse Shiva de lo ocurrido a su esposa, tomó su cuerpo calcinado y se paseó por el universo. Trozos de Sati cayeron en la tierra, convirtiéndose esos territorios en 51 lugares sagrados que son conocidos actualmente como Shaki Peethas. Estos sitios se encuentran en la India en las ciudades de: Sri Lanka, Bangladés, Nepal, Tibet, Bután y Pakistan.

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