«El origen de la Vía Láctea» es un óleo sobre lienzo del maestro del Renacimiento tardío Tintoretto y que fue pintado entre 1575 y 1580. La obra se exhibe en la National Gallery de Londres.

Júpiter, el padre de los dioses, siempre tenía idilios con mortales. Así, de su relación con Alcmena nació el famoso Heracles (Hércules), que no era inmortal. Para lograr que lo fuese, Júpiter intentó amamantarlo a escondidas con la leche de su esposa Juno mientras ella dormía. Pero la diosa se despertó sobresaltada y algunas gotas de leche salpicaron el firmamento, convirtiéndose en estrellas.

Jacopo Comin, más conocido como Tintoretto (1518-1594), representa en esta pintura con gran teatralidad el momento culminante de esa leyenda. Muestra a Juno reclinada sobre una cama de nubes en lo alto del cielo; Júpiter aparece dispuesto con un refinado escorzo, sosteniendo al bebé, y alrededor de la escena vemos querubines y puntos de luz.

Algunos historiadores apuntan que la obra perteneció inicialmente a la colección de Rodolfo II de Habsburgo, aunque posiblemente el único dato que corrobora esta hipótesis es un panfleto italiano de 1648, que establece que Tintoretto «pintó cuatro fábulas para el emperador entre las que se encontraba la pintura de Júpiter sujetando al pequeño Baco hacia el pecho de Juno».

Rodolfo II adquirió numerosas obras de arte para consolidar su colección privada y fue mecenas de varios artistas de su época.

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