El médico y naturalista sueco Carl von Linneo (1707-1778) estableció los criterios para realizar una clasificación objetiva de todas las especies conocidas en su época, en su obra de 1758 "Sistema Naturae".

Entre estos criterios destacamos:

- A cada especie biológica se le debe asignar un nombre científico, el cual será único y universal, por lo que no podrán existir dos especies con el mismo nombre.

- Los organismos deben nombrarse con dos palabras en latín, esto se denomina nomenclatura binomial o binaria. La primera designa el género que es un nivel de clasificación más general que la especie, y la segunda es el descriptor de especie.

- El nombre del género se deberá escribir con mayúscula inicial y el descriptor en minúscula. Ambos nombres se escribirán con letra cursiva o subrayados.

Ejemplo: Homo sapiens.

En el contexto científico, la utilidad de la fórmula binaria es fundamental porque:

- Cada ser vivo sea microbio, hongo, planta o animal, queda identificado de forma inequívoca, como si tuviese un nombre y apellido, evitando confusiones derivadas de los diversos nombres comunes que pueda tener un organismo.

- Permite superar las dificultades comunicacionales en diferentes lenguas a partir del reconocimiento universal de un sistema de nomenclatura aceptado por toda la comunidad científica.

- Todas las especies vivas y extintas tienen su nombre científico, incluso las que carecen de nombre vulgar o las desconocidas por la mayoría de las personas.

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