La nevada o El invierno es un cuadro de Francisco de Goya, es un óleo sobre lienzo pintado en 1786 conservado en el Museo del Prado, que forma parte de la serie de cartones para tapices que representaban las estaciones y que irían destinados al comedor del Príncipe de Asturias, del palacio de El Pardo en Madrid.

Se trata de una serie dedicada a las cuatro estaciones. Lo original de Goya en el caso de esta pintura está en el tema, en la manera de interpretar y desarrollar con los pinceles lo que es un invierno crudo.

Con la ayuda del color blanco Goya consigue transmitir el frío de la nieve y la ventisca, contrastando con los tonos oscuros de su alrededor. Otro elemento importante en la escena es el viento que mueve los árboles desprovistos ya de sus hojas, al mismo tiempo que lanza copos de nieve al rostro de los hombres.

En La Nevada, Goya ha querido transmitir los rigores del invierno a través del fuerte viento y de la nieve, que son grandes protagonistas del cuadro, dando una perfecta sensación ambiental, provocando que el espectador sienta frío al contemplar la escena. Goya capta perfectamente la sensación del gélido viento que mueve los árboles sin hojas y lanza la nieve al rostro de las figuras.

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