Johann Sebastian Bach es considerado el "padre de la música" no porque sea el primer músico, sino por su inmenso impacto y contribuciones al desarrollo de la música occidental. Su genialidad reside en la maestría con la que desarrolló técnicas como el contrapunto, la fuga y la forma sonata, creando obras complejas y emocionalmente ricas que influenciaron a generaciones de compositores.

El legado de Bach se puede entender por varios factores:

Dominio del contrapunto:

Bach fue un maestro en la combinación de múltiples líneas melódicas independientes, creando armonías complejas que son la base de mucha música moderna.

Desarrollo de formas musicales:

Sus innovaciones en la fuga, la invención, y la forma sonata, le permitieron explorar y desarrollar ideas musicales de manera sistemática y profunda.

Influencia en compositores posteriores:

Muchos compositores, desde Mozart hasta Beethoven, reconocieron la influencia de Bach en su obra, tanto en la forma como en el contenido musical.

Obras pedagógicas:

Sus composiciones, especialmente para teclado, son aún estudiadas por músicos de todos los niveles, demostrando la atemporalidad de su música.

Profundo sentido religioso:

Bach veía su música como una forma de glorificar a Dios, y su fe influyó profundamente en su trabajo.

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