En la mitología Celta, Taranis representa a uno de los principales dioses - El Dios Celta del Trueno- también llamado atronador, por la destrucción que se puede apreciar en las tormentas, simboliza el ritmo de las noches y de los días, el universo en su globalizado y la noción del infinito.

Este Dios era especialmente adorado en Galia, la Bretaña Romana Asturias y los cántabros (pueblos Celtas y pre celtas de la península ibérica)

Cuando los romanos comenzaron a conquistar el continente europeo, entraron en contacto con una variedad de tribus, culturas y pueblos ancestrales de los que conocían muy poco. Entre estas culturas se encontraban los celtas.

A pesar de que la cultura celta era muy distinta a la romana, estos últimos identificaron un aspecto trascendental con el cual tenían similitudes, por ejemplo en la religión. Como es bien sabido, las antiguas creencias politeístas eran muy sincréticas y esto no sería distinto cuando los romanos divisaron el estilo de vida religioso de los antiguos celtas. Dando como origen la vinculación entre deidades de ambos panteones.

Los antiguos celtas carecían de uniformidad entre las deidades de sus panteones y de un sistema propio de escritura, por lo que sus historias y creencias se transmitían de manera oral. Pero sería gracias al mencionado encuentro con el mundo romano que conoceríamos varios aspectos interesantes sobre el dios Taranis, una de las deidades más importantes para los antiguos celtas.

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