En la mitología griega Hefesto era el dios del fuego y la forja. Era adorado por todos los centros industriales y manufactureros de Grecia, especialmente en Atenas.

Era físicamente feo, estaba lisiado y cojo. Caminaba con un bastón para ayudarse y sus pies eran doblados.

Sus padres eran Hera y Zeus, aunque según Hesíodo (poeta griego) Hera lo concibió sola, celosa porque Zeus había dado a luz a Atenea que le habría brotado de la cabeza.

Hefesto fue arrojado del Olimpo por su madre y paso nueve días y nueve noches en el mar, para su suerte fue acogido por las diosas del mar Nereida, Tetis y la oceánide Eurínome, quienes lo cuidaron en la isla de Lemnos, hasta que se convirtó en artesano.

Para ganar la gratitud del Olimpo hizo múltiples regalos a los dioses, pero no obtuvo ningún resultado. Entonces le puso una trampa a su madre con un trono que dejaría atrapado a quién se sentara en él. Finalmente gracias a Dionisio (dios de la fertilidad) logró regresar al Olimpo. A su llegada impuso muchas condiciones a los dioses, la más grande era casarse con Afrodita (diosa del amor). Zeus tuvo que aceptar esa condición, pues la belleza de Afrodita era tan grande que muchos dioses querían poseerla.

Cuando se casó con Afrodita la colmó de muchos regalos como el "famoso cinturón de Afrodita". La pareja no logró tener hijos, pero si la diosa tuvo 16 hijos con otros dioses.

Hefesto fabricó muchos accesorios a los dioses, como el casco y las sandalias aladas de Hermes.

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