El genocidio camboyano fue llevado a cabo por los Jemeres Rojos bajo el liderazgo de Pol Pot, que empujó radicalmente a Camboya hacia el comunismo. Supuso la muerte de entre 1,5 y 2 millones de personas entre 1975 y 1979, casi una cuarta parte de la población camboyana de 1975 (unos 7,8 millones).

Pol Pot y los Jemeres Rojos habían recibido durante mucho tiempo el apoyo del Partido Comunista de China (PCC) y de Mao Zedong. Tras tomar el poder en abril de 1975, los jemeres rojos querían convertir el país en una república agraria socialista, basada en las políticas del ultramaoísmo e influida por la Revolución Cultural.

Para cumplir sus objetivos, los jemeres rojos vaciaron las ciudades y obligaron a los camboyanos a trasladarse a campos de trabajo en el campo, donde proliferaban las ejecuciones masivas, los trabajos forzados, los abusos físicos, la desnutrición y las enfermedades.

También pusieron en marcha el «Maha Lout Ploh», copiando el «Gran Salto Adelante» de China que causó decenas de millones de muertos en la Gran Hambruna China. En 1976, los jemeres rojos cambiaron el nombre del país por el de Kampuchea Democrática.

Pol Pot pasó a la historia como el principal responsable del denominado genocidio camboyano, que fue la principal razón de la constitución de un tribunal internacional, en 2006, para juzgar a los líderes supervivientes del régimen.

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