Mictlantecuhtli, en la mitología mexica, zapoteca y mixteca es el dios de los muertos y del inframundo, también llamado Popocatzin, dios de las sombras junto con su esposa Mictecacíhuatl, regía el mundo subterráneo, país de los muertos o reino de Mictlán.

Ejercía su soberanía sobre los "nueve ríos subterráneos" y sobre las almas de los muertos. Se le representa como el esqueleto de un humano con una calavera con muchos dientes. Al ser dibujado se representaba con cabello encrespado y negro, con ojos estelares o estrellas.

Sus animales asociados son el murciélago, la araña, el búho (tecólotl), animal de mal agüero y cuyo canto nocturno se considera, todavía hoy, fatal para el que lo escucha.

En los códices es representado con las mandíbulas abiertas recibiendo a los astros que caen a su centro durante el día. Es el patrón del día “perro” en el calendario adivinatorio.

Los muertos que no eran elegidos por Tonatiuh, Huitzilopochtli o Tláloc iban al inframundo Mictlán, y ahí las almas padecen una serie de obstáculos durante su recorrido a través de nueve regiones.

Al Mictlán iban todos los que morían de muerte natural, sin distinción de personas y sin tomarse en cuenta su comportamiento en la tierra. En el pensamiento de los mexicas, el destino final estaba determinado no por la conducta moral desarrollada en la vida, sino por el género de muerto con que se abandona este mundo.

Cuando una persona moría un xoloescuintle lo acompañaba al más allá.

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