El fútbol le debe su grandeza a las hazañas del pasado y no a las palabras de unos pocos. Este maravilloso deporte tiene un legado eterno. Tiene cielo e infierno en 90 minutos.

Dentro del fútbol, las luminarias se hicieron más grandes cuando el negocio se apoderó del deporte. Y entonces, no solamente las hazañas dictaron la historia, sino que las frases también pasaron a formar parte del eterno libro del balompié, una de ellas es:

“El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes”

Existe una gran polémica en torno a esta frase. Algunos dicen que fue el entrenador italiano Arrigo Sacchi quien la dijo por primera vez y muchos otros aseguran que fue el argentino Jorge Valdano, en menor medida también se le atribuye al argentino Cesar Luis Menotti o incluso dicen que es una simplificación de otra fase dicha por el Papa Juan Pablo II: “De todas las cosas sin importancia, el fútbol es, de largo, la más importante”.

Como quiera que sea, es tan cierta como contundente. El fútbol es el escaparate perfecto para la crisis, la ansiedad, depresión y todo lo malo que se puede llegar a generar en un día o en una semana. El fútbol es el antídoto perfecto para quitar el veneno del alma y del cerebro. Y cierto, aunque no es importante, el mundo lo toma como lo más destacado e incluso exageran al decir que lo es cuando ocasiona violencia mal enfundada y polémica mal dirigida. Como sea, el fútbol no es importante. Lo importante es el sentimiento que genera.

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