Tras la victoria en la batalla de las Pirámides, Napoleón Bonaparte continuaba con la invasión de Egipto (Imperio Egipto) avanzando hacia la bahía de Abu Quiren. Sin embargo, entre los días 1 a 3 de agosto del año 1798 al encontrarse con la Marina Real de Gran Bretaña, tuvo lugar la batalla del Nilo. En este conflicto naval Horatio Nelson, quien dirigía al ejército marino de los británicos, puso punto final a la conquista de los franceses sobre la nación egipcia.

Gran Bretaña estaba en contra de Francia. Los franceses dominaban el mar Mediterráneo, mientras que los británicos controlaban el océano Atlántico.

Napoleón Bonaparte tenía la intención de conquistar la India, la cual estaba bajo de dominio de los británicos, y además, era el primer proveedor comercial que les permitía a los británicos continuar en guerra con otras naciones.

El ejército británico llevaba aproximadamente dos meses persiguiendo a los franceses por el mar Mediterráneo. Sin embargo, no se les había hecho posible alcanzarlos.

La flota británica sorprendió a los franceses el 1 de agosto de 1798 anclados en la bahía de Abukir. Adelantaron con velocidad hacia su perímetro acorralándolos. A los británicos sólo les tomó 3 horas forzar la rendición de los franceses. El buque L’Orient, que iba liderado por el vicealmirante Francois Paul Brueys D’Aigalliers sufrió la derrota y la pérdida de quien lo comandaba. Las naves francesas trataron de huir, pero sólo cuatro embarcaciones lograron hacerlo.

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