El influenzavirus es un virus con muchas variaciones, algunas de las cuales causan la enfermedad de la gripe.

Su envoltura presenta dos tipos de espigas o espículas necesarias para la infección. Una es la hemaglutinina (H) y otra es la neuraminidasa (N). Ambas son proteínas, también muy variables: se conocen 16 subtipos distintos de H, y 9 de N.

Entonces, el virus que lleva la H de tipo 1 y la N de tipo 1, se denomina H1N1; el que lleva la H de tipo 1 y la N de tipo 2, se denomina H1N2; etc. El huésped natural del virus son las aves. En ellas se pueden encontrar todas las combinaciones posibles del virus, desde el H1N1 hasta el H16N9.

El virus puede variar de dos formas: por mutación, lo que repercute en las epidemias estacionales que obligan a renovar las vacunas; y por recombinación, cuando distintas cepas del virus infectan a la vez a un mismo animal.

Por ejemplo, un cerdo puede estar infectado al mismo tiempo por un virus de la gripe humana de tipo H2N2 y por otro de aves de tipo H3N8. Dentro del cerdo, los virus se recombinan y mezclan entre sí produciendo una nueva estirpe de virus, el H3N2, que toma la H3 del virus de aves y la N2 del virus humano, y que es capaz de infectar y multiplicarse en humanos.

Esto explica la aparición de cepas pandémicas: nuevos tipos del virus de la gripe que causan epidemias mundiales porque la población humana no ha estado nunca expuesta a este nuevo virus y no tiene defensas contra él, transmitiéndose fácilmente.

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