En los años ochenta, una joven de New Jersey que nació un 9 de agosto de 1963 en Newark (Estados Unidos), literalmente, conquistó el mundo con su absoluta, única, increíble voz. Se llamaba Whitney Elizabeth Houston, su familia la conocía como “Nippy”.

Whitney tenía voz mezzo-soprano y fue referida como “La Voz”. Tenía una voz sobresaliente. El rango vocal de la cantante se extendía desde ‘Do3’ hasta el ‘Do#6’ o ‘Fa6 en altissimo’.

Era, además de una increíble cantante, guapa, talentosa; tenía estilo, simpatía y una especie de aureola que la convertía en la artista perfecta. Su éxito fue tan fulminante como apoteósico. Según las cifras del Guinnes World Records, a día de hoy, Whitney sigue siendo la artista con más premios y cifras récords de la historia: nada menos que dos premios Emmy, seis Grammy, treinta premios del Billboard Music Awards.

Más de 400 trofeos a lo largo de su carrera, más de 170 millones de discos vendidos, la única artista que ha conseguido siete números uno seguidos en Estados Unidos. En los años ochenta, Whitney era la diva de la música pop en todo el mundo. En 1992 protagonizó la película El guardaespaldas, con Kevin Costner, otro superéxito de taquilla y ventas de discos. A partir de ese momento, y tras su matrimonio -en ese mismo año- con el rapero Bobby Brown, comenzó una lenta, pero continuada decadencia...

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