En la mitología griega, Eco es una ninfa de la montaña que amaba su propia voz. En la mitología griega, una ninfa es una deidad menor, no una diosa con sus poderes de diosa y su inmortalidad. Por lo general es femenina, bonita y asociada a un lugar natural, como un arroyo, un bosque, la montaña.

Eco es una las ninfas oreadas, también llamadas “oréades”. Son las ninfas que custodian las grutas y las montañas. Y es el ser cuyo forma de hablar es el más encantador y maravilloso que existe.

El mito cuenta que Zeus, el dios de dioses, quien solía tener constantes amoríos con diosas, semidiosas y mortales, y todo ello a pesar de estar casado con Hera, también tenía amoríos con las ninfas.

Hay dos versiones: una es que las otras ninfas pedían a Eco que entretuviera con su encantadora conversación a Hera mientras ellas disfrutaban con Zeus; la otra es que ya Zeus se había fijado en Eco y Hera se entera de la infidelidad.

Fuere cual fuere el motivo, Hera se enfurece con Eco y la condena a perder sus encantos al hablar, obligándola a repetir la última palabra que le dijera cada persona le hablara.

Retirada en el campo, un día se enamora del increíblemente bello pastor llamado Narciso. Dolorida por las burlas de éste, Eco se retira a un logar solitario en la montaña, y deja de comer hasta desintegrarse en el aire. Lo único que entonces queda de ella es su voz. La voz que siempre escuchamos repitiendo nuestra última palabra, cuando gritamos en la montaña.

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