En la filosofía política griega, la timocracia es una forma de gobierno en la que los únicos que participan en el gobierno son los ciudadanos que poseen un determinado capital o un cierto tipo de propiedades.

El término deriva de las palabras griegas τιμή, timé, "honor"; y κρατία, kratía, "gobierno".

Platón es el autor del texto más antiguo en el que se encuentra la palabra timocracia aplicada al gobierno basado en el honor. En su obra La República describe, luego de extenderse sobre la forma de gobierno ideal, los distintos grados de corrupción que va sufriendo el Estado, siendo el primero la timocracia.

El concepto se desarrolló en la Antigua Grecia. El estadista y legislador Solón (638 antes de Cristo – 558 antes de Cristo) propuso, en una Constitución ideada para Atenas, una oligarquía donde cada integrante podía acceder a un cierto rol político de acuerdo al número de fanegas (una unidad de medida) que podía producir anualmente o a la cantidad de yuntas de bueyes que tenía.

En este sentido, los ciudadanos que no disponían de tierras ni bueyes no estaban habilitados a ocupar los cargos públicos electivos. De este modo, la timocracia de Solón sólo permitía el ejercicio del poder político a las personas con una base mínima de riqueza, dejando afuera al resto de los habitantes.

Para Platón, no es la forma ideal de gobierno, pues lo deseable sería que un filósofo o un sabio se convirtiera en gobernante, ya que su motivación es la verdad y la justicia.

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