El íbice o cabra salvaje de los Alpes (Capra ibex) es un bóvido de la subfamilia de los caprinos (Caprinae) presente únicamente en la cordillera de los Alpes.

También pertenece a esta especie la cabra salvaje de Nubia y la asiática, aunque es más frecuente considerarlas especies separadas bajo los nombres de Capra nubiana y Capra sibirica. Otras especies emparentadas son la cabra montés (Capra pyrenaica) de España y la cabra bezoar (Capra aegagrus aegagrus) del Oriente Medio, de la que desciende la cabra doméstica.

El pelaje varía en longitud, densidad y color durante el año. Durante el verano, el abrigo es pardo amarillento con los flancos y cuello más claros y el vientre blanco, mientras que las patas son oscuras. A medida que se acerca el invierno, esta coloración torna a marrón oscuro y vuelve a aclararse a partir del comienzo de la primavera. Además de esto, los machos suelen ser más oscuros que las hembras, y los individuos viejos más que los jóvenes.

Con una altura de entre 0,69 y 1,09 m y un peso de 91 a 120 kg, el íbice puede llegar a vivir 20 años.

Los íbices machos suelen ser más grandes y pesados que las hembras, y su diferencia más notable es el gran tamaño de sus cuernos. A las hembras les crecen un par de cuernos más pequeños y finos que se desarrollan mucho más lentamente que los de los machos. Los cuernos del íbice aparecen al nacer y siguen creciendo durante el resto de su vida.

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