Los ojos de las cabras no son como la gran mayoría de los animales. Sus pupilas no son redondas, son rectangulares.

La razón por la que sus pupilas son horizontales es porque son herbívoros y necesitan detectar posibles depredadores, tienen que poseer una buena visión frontal también para poder huir y evitar obstáculos con rapidez en caso de necesidad.

Esa adaptación ocular evita que entre demasiada luz desde arriba que podría deslumbrar al animal, desde arriba no hay amenazas, tanto es así que el iris de algunos herbívoros presenta unas elongaciones en la parte superior (corpus nigra) que actúan a modo de visera para minimizar la entrada de luz desde lo alto.

Giran sus ojos cuando inclinan sus cabezas hacia abajo para pastar, manteniendo sus rendijas casi paralelas al suelo en todo momento, sin importar la posición de sus cabezas. Y es que pueden rotar más de 50 grados por ojo, lo cual es hasta 10 veces más del ojo humano.

La cabra es un mamífero artiodáctilo (Caprinae), al macho se lo llama cabrón, cabro, chivato, macho cabrío, irasco o chivo, a las crías: cabrito, chivo o chivito. Al conjunto se los conoce como ganado caprino o ganado cabrío.

Se alimentan de pasto, árboles, uvas, heno, frutas y una pequeña cantidad de granos.

Las cabras producen cuatro productos básicos a la humanidad: carne, leche, fibra y pieles. Los quesos de cabra tienen un aroma único y se digieren mejor, su leche contiene menos lactosa, caseína y partículas grasas que la leche de vaca.

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