El pueblo de Baarle se encuentra en la frontera entre Bélgica y Países Bajos, pero el límite entre ambos países es muy particular, pues existen partes que están en un país y partes en el otro totalmente entremezclados.

La zona belga es conocida como Baarle-Hertog y la neerlandesa como Baarle-Nassau.

El pueblo está dividido en unos 30 exclaves, 22 belgas en Países Bajos, un exclave neerlandés en Bélgica, y 7 exclaves neerlandeses dentro de los enclaves belgas en Países Bajos.

El origen se remonta a la Edad Media, cuando los territorios belga y neerlandés estaban fragmentados en pequeños estados feudales. A lo largo de varios siglos el territorio que ahora ocupan los dos Baarle cambió de manos en varias ocasiones, formándose los exclaves que los componen actualmente.

Tras la Paz de Westfalia de 1648, se decidió que la parte de Baarle que correspondía al ducado de Nassau perteneciera a las Provincias Unidas, mientras que la parte que correspondía al Barón de Breda fuera entregada a los Países Bajos Españoles. Así, los exclaves continuaron existiendo.

Todo se complicó cuando Bélgica se independizó en 1830 quedó sin definir los límites. Recién en 1995 se establecieron las intrincadas líneas fronterizas, que incluso dividen casas y edificios.

En el suelo corre una cenefa hecha de cruces, y a ambos lados unos carteles que indican el país: B para Bélgica y NL para Países Bajos.

Todo el sistema es doble, ayuntamiento, policía, correo, servicios, etc.

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