La conciencia es la capacidad propia de los seres humanos de reconocerse a sí mismos, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su entorno.

En este sentido, la conciencia está asociada a la actividad mental que implica un dominio por parte del propio individuo sobre sus sentidos. Así, una persona consciente es aquella que tiene conocimiento de lo que ocurre consigo y en su entorno, mientras que la inconsciencia supone que la persona no sea capaz de percibir lo que le sucede ni lo que pasa a su alrededor.

La filosofía occidental, desde los tiempos de Descartes y Locke, ha tenido dificultades para comprender la naturaleza de la consciencia e identificar sus propiedades esenciales. Gracias a desarrollos tecnológicos durante las últimas décadas, la investigación sobre la consciencia se ha convertido en un tema de investigación interdisciplinaria en la ciencia cognitiva.

Como tal, la palabra proviene del latín 'conscientĭa', y esta a su vez del calco del griego συνείδησις (syneídesis), compuesta por el prefijo συν- (syn-), que significa ‘con’, y είδησις (eídesis), que traduce ‘conocimiento’, es decir: con conocimiento.

Los términos «conciencia» y «consciencia» no son intercambiables en todos los contextos. En sentido moral, como «capacidad de distinguir entre el bien y el mal», solo se usa la forma conciencia. Con el sentido general de «percepción o conocimiento», se usan ambas formas, aunque normalmente se prefiere la grafía más simple.

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