¿Qué tenía Jesús sobre su cabeza cuando fue crucificado?
Jesús de Nazaret fue crucificado en Judea entre los años 30 y 33 d. C. La crucifixión de Jesús se narra en los evangelios y se hace referencia a ella en las epístolas bíblicas.
Según los evangelios, los soldados romanos le colocaron a Jesús la corona de espinas durante su pasión (la denominación convencional utilizada para englobar los episodios evangélicos que narran los sucesos protagonizados por Jesús entre la última cena y su crucifixión y muerte). La corona de espinas tenía una doble función: humillar a Jesús, coronándolo como rey de los judíos en tono de burla, y provocarle daño y dolor.
La corona se convirtió en una reliquia muy preciada. Existen referencias de su presencia en Jerusalén desde el siglo V. En 1801, el Concordato con la Iglesia católica determinó que la corona era propiedad de la Iglesia, pasando a la Catedral de Notre Dame.
El sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación. Los cristianos han entendido teológicamente la muerte de Jesús en la cruz como muerte en sacrificio expiatorio.
La mayoría de los historiadores y especialistas en el Nuevo Testamento reconocen que la muerte en la cruz de Jesús de Nazaret es un hecho histórico, atestiguada por historiadores y otros autores no cristianos de los siglos I y II d. C. Sin embargo, no existe un consenso entre historiadores sobre las circunstancias o los detalles de la crucifixión.
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